Tiempo Desarticulado

No puedo empezar sin hacer mención a la criminal sinopsis de la contraportada de esta novela. Yo cometí el error de leerla y me fastidió toda la lectura, porque no hacía otra cosa que esperar, porque ya sabía que tenía que suceder, lo destripado en dicha sinopsis. Una cosa es picar la curiosidad del lector contando algo que suceda en los primeros capítulos, porque algo hay que contar, eso es indiscutible. Pero que desvelen hechos que tienen lugar en el último cuarto de novela, eso es imperdonable, un crimen. Y el hecho es más grave si cabe cuando estamos hablando del germen de la novela, del motor principal que la mueve. Ya he dejado la costumbre de leer sinopsis, prólogos y según qué reseñas antes de empezar una novela, pero aun así sigo cayendo de vez en cuando.

'Tiempo desarticulado' (Time Out of Joint, 1959), del norteamericano Philip K. Dick, tiene como protagonista a Ragle Gumm, que lleva una idílica vida junto a la familia de su hermana. Su principal actividad consiste en participar en el concurso del periódico, que siempre gana. Paulatinamente, vamos asistiendo a inquietantes revelaciones que nos harán dudar de la realidad de los personajes. Y ya está, no se puede contar nada más sin entrar en el consabido spoiler. La novela transcurre sin prisas, pausadamente, pero engancha desde el primer momento.

Tras finalizar la lectura de 'Tiempo desarticulado', queda patente la influencia posterior que tuvo en diferentes productos de ocio, ya sean libros, películas o series de televisión. No cabe duda de que Dick fue todo un visionario.

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Tiempo desarticulado es una de las novelas más perfectas de la primera etapa de Philip K. Dick. Tocando sus temas habituales del control gubernamental y de la confusión entre lo real y lo simulado (tan explotados en la actualidad por la cf), Dick construye la pequeña odisea de un cuarentón de vida apacible al que obliga a metamorfosearse en su anterior yo.

La odisea de Ragle Gumm recuperándose a sí mismo, abandonando esa realidad virtual edificada sobre una prolongación de su infancia en el Medio Oeste americano, es apasionante y divertidísima, de lo más ameno y diáfano que se puede leer del demasiadas veces críptico Dick.

Como es habitual en él, la prosa es sólo funcional y la estructura, a pesar de las continuas sorpresas y giros de la trama, es bastante sencilla y lineal, lo que no perjudica en absoluto a esta magnífica novela.

Como curiosidad, cabe destacar que Kanneth Krabbenhof publicó en Science Fiction Studies un original y sugerente ensayo relacionando los tratamientos de la locura que hicieron Dick en Tiempo desarticulado y Cervantes en El Quijote. Sus teorías son excesivamente arriesgadas y sus conclusiones pecan de forzadas, pero resultan muy interesantes y rompedoras. Existe una traducción al castellano en el número 29 de la revista Gigamesh.

(A.C. en Las 100 mejores novelas de ciencia-ficción del siglo XX)

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Es de mis preferidos de Dick. La película "El show de Truman" le deba bastante a esta novela.

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