Cuentos Completos de Terror, Locura y Muerte

Guy de Maupassant (1850-1893), posiblemente el mejor cuentista francés de la segunda mitad del siglo XIX, y uno de los más grandes escritores de la Literatura Universal, murió demasiado joven. Entre 1880 y 1890 escribió cerca de trescientos relatos, ocho novelas, artículos y ensayos, y da pena pensar en las obras maestras que podría haber escrito. Maupassant acabaría siendo presa de delirios y obsesiones, como que era perseguido o que querían matarle. Incluso llegó a mantener conversaciones con personas imaginarias o reales en voz baja, para que no fueran escuchados sus secretos. La sífilis sería la enfermedad que le llevaría a la muerte.

Fue un gran escritor, influenciado por Hoffmann y Poe, sobre todo por este último, así como por Zola y Flaubert. De su buen amigo Flaubert, diría: "Me obligaba a expresar, en unas pocas frases, a un ser o a un objeto de manera tal que quedara particularizado netamente, que se diferenciara de todos los otros seres u objetos de la misma raza o de la misma especie".

La presente edición de Valdemar, llevada a cabo extraordinariamente por Mauro Armiño, nos trae todos los relatos de Maupassant de misterio, terror, locura o mundo imaginario, nada menos que 109 deliciosos cuentos. Es difícil mencionar los que más me han gustado, ya que son prácticamente todos. Pero destacaría 'El Horla', una obra maestra. En resumen, imprescindible.

 

Avanzando (muy) de a poco con más cuentos, ya que esta edición es un buen tocho, el nivel como siempre es alto, Maupassant no se anda con rodeos a la hora de describir los sucesos más luctuosos de la época: suicidios, violencia de género,crueldad y maltrato psicológico, etc. También hay mucho de los miedos y demonios personales del viejo Guy, la angustia y desesperación, como en "El miedo", donde el protagonista se enfrenta a sus temores durante una noche parisina, y uno dice, en dónde está el elemento ominoso? reside en la maestría de Maupassant, que logra que la noche en sí, resulte más espantosa que cualquier aparecido o monstruo de los que podríamos encontrar en un relato de Le Fanu o MR James, por ejemplo.
Otro que me gustó mucho es "el Tic", todo un homenaje al mítico Edgar Allan Poe, o "Misti, recuerdos de un soltero", donde la superstición campa a sus anchas, y donde Maupassant deja ver su lado más libertino y decadente. Hay también muchas reflexiones sobre la felicidad, la vida y la muerte, siempre con ese halo de desesperanza y resignación que parece seguir a los personajes ahí donde van, y cómo a veces la venganza parece ser, una vez más, un plato que se sirve mejor frío.
La madre de los monstruos, la Muerta y Quién sabe? son otros platos fuertes de la antología: en el primero asistimos a la locura de una madre que se dedica a parir hijos deformes para venderlos como números de circo, en el segundo nos encontramos con un cuento realmente perturbador, donde a mi criterio el autor nos muestra que las miserias del alma humana, propias y ajenas, nos perseguirán por siempre, y en el tercero asistimos a un verdadero viaje demencial por la mente, ahora sí, enferma del pobre Guy. Lo que no desmerece por un momento al cuento, y si me apuran, mi otro gran favorito de la colección.

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Dos cuentos que me dejaron helado:

Un loco: los horrores confesos de un juez o alto funcionario judicial que deja plasmado de forma póstuma, en un diario personal, su gusto por la sangre y el asesinato. Crueldad y sadismo, una constante en el autor.

Moiron: la agonía física y mental de un misántropo ante la muerte, en un relato lleno de sufrimiento y realismo, como siempre, Maupassant es un genio a la hora de elaborar situaciones y ambientes que, aunque cotidianos, no están exentos de los terrores que acarrean la fragilidad y debilidad humana.

Ambos cuentos me parecen hasta ahora de lo mejor de la antología, y por supuesto esta edición de Valdemar es inmejorable

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Magnetismo y Sueños: dos relatos sobre alucinaciones y delirios y acaso el abuso de sustancias y sus efectos, de los que Maupassant sufrió bastante durante sus últimos años.

La sillera: el desprecio y el amor por el dinero sobre todo lo demás, con el dramatismo y angustia que sólo el autor puede plasmar. Muy bueno.

Confesiones de una mujer y ¿Loco?: lo retorcido del alma humana y la locura a la que pueden llevar los celos desmedidos, hacen de estos dos relatos otras dos joyitas que estremecen, tienen ese no sé qué que deja patente por qué Maupassant es considerado uno de los autores cumbres del género gótico.

Un parricida: el odio innato de un hijo no reconocido por sus padres y el esfuerzo de éstos por tratar de ayudarlo, otro que también me gustó mucho.

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Tiene un muy buen prólogo de Mauro Armiño, el editor, como suele ser costumbre en esta colección. Además ha hecho un buen trabajo al seleccionar muchos de los relatos en diferentes temáticas, con lo cual, y siendo un tomo bastante voluminoso, no es necesario leer los relatos en un orden específico. De los que leí hasta ahora, me llamaron la atención:

La mano disecada: el típico cuento gótico de la venganza llegada del más allá pero con un final con muy mala leche.

Sobre el agua: otro cuentito corto sobre los muertos y su influencia sobre los vivos.

Coco, coco, coco fresco: excelente relato sobre la mala suerte que pueden acarrear ciertas personas.

Suicidas: sobre la depresión, la decepción y la muerte por mano propia que era noticia en las noticias y los periódicos de la época, con los que Maupassant colaboraba. Refleja de primera mano los pensamientos y la locura de un suicida. Escalofriante.

Mademoiselle Fifi: unos soldados prusianos disfrutan de la compañía de prostituas francesas, entre las que se encuentra una judía, que será objeto de la crueldad y maldad de los mismos. De lo mejor de la antología hasta ahora, un relato de sangre, muerte y sobre todo odio, muy poderoso.

El ciego: cuentecillo sobre la crueldad más absoluta y abyecta, pero humana al fin. Los familiares de un anciano ciego se ensañan con el pobre inválido, y convierten la vida del hombre en una tortura eterna, pero ni así logran sacárselo de encima. La maldad humana es mostrada por Maupassant en toda su magnitud.

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