Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch

En su onda.
En la onda K.Dick.

 

Hay que leerla si o si....y es de las que se lee en un suspiro....otro novelon de Dick.

Para que decir más, dilo tú cuando la leas.....eso si todavía eres capaz de distinguir después si estás en la realidad o bajo los efectos del propio libro...;)

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En contra de lo que siempre se ha sostenido, las mejores novelas de Dick se encuentran entre las consideradas secundarias por la tradición, aquéllas novelas que se suponen inferiores a sus clásicos (Ubik o El hombre en el castillo).

Los tres estigmas de Palmer Eldritch, en concreto, es un ejercicio lúdico de ritmo desquiciante en el que Dick, por una vez, deja en segundo plano sus temas más queridos (aunque no los olvida: ahí está ese universo virtual de muñecos en miniatura al que uno accede drogándose para disfrutar de unas horas de ocio y diversión sin los límites del mundo real) para centrarse en la obsesión paranoica de Leo Bulero por el regreso de Palmer Eldritch a la civilización, una obsesión, todo sea dicho, que recuerda a las clásicas locuras de poder el mejor Alfred Bester.

Como de costumbre en el Dick de los sesenta, la acción es imparable, y las escasas ciento ochenta páginas del libro se leen en un suspiro: Dick nunca se distinguió por un estilo particularmente difícil ( a pesar de que muchas de sus novelas, sobre todo las de la última época, caso de Valis, sí sean de complicada lectura), lo que puede suponer un problema si lo que se busca en la novela es algo más que diversión pura.

Los tres estigmas de Palmer Eldritch es una comedia negra, no un profundo alegato en contra de la dominación por parte de los poderes establecidos, y como tal ha de ser disfrutada. A pesar de ello, las cargas de profundidad de Dick son mucho más efectivas cuando se disfrazan de chiste enrevesado y gamberro: la droga de Leo Bulero se llama Can-D ("candy", caramelo), y su satélite privado, Winnie-the-Pooh (un conocido osito de la literatura y el cine infantil).

Una obra imprescindible, en suma.

(A.C. en Las 100 mejores novelas de ciencia-ficción del siglo XX)

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Éste es uno de esos libros que o bien te enganchan o por el contrario acabas harto de él.
Tiene un rítmo frenético que no te deja un respiro, ni tan siquiera casi pararte a reflexionar sobre lo que está sucediendo, y todo ello mezclado con las tan típicas drogas de Dick, el planteamiento de si es o no real lo que está pasando y ese personaje oscuro y de caracter mesiánico que es Palmer Eldritch hacen que uno se encuentre ante una de las obras más redonditas de Dick.