Ucronías 3

de Agustín Jaureguízar

> La Biblioteca del Laberinto

La ucronía supone la suspensión de la incredulidad y el pacto con la ficción. El lector de Los dos Jorges de Dreyfus y Turtledove, pongamos por caso, ha de estar pensando en ir a sacar billete para el dirigible de los Upper California Limited que lo transportará en dos días —menos de lo que tardaría por mar— hasta Nueva Liverpool (Los Ángeles), desde Victoria (Washington), donde ha recibido las órdenes del general en jefe de la Real Policía Montada de América, degustando antes de partir un buen filete de ternera con salsa de madeira, regado por un burdeos, mientras contempla los bisontes en la pradera o los pequeños barcos de vapor.

El éxito actual de la ucronía, bajo todas sus formas —aparecen listas de más de dos mil entre novelas y cuentos—, ¿no tendrá nada que ver con una sociedad que mira su pasado y se angustia por su futuro cada vez más incierto? Como si un pasado distinto fuera a darnos un futuro diferente.

"Con las puertas del espacio cerradas por razones económicas, las ucronías de hoy cumplen la función de las historias de mundos perdidos del ayer. En tantas ucronías steampunk ¿no subyacerá la voluntad de presentar un universo tecnológicamente avanzado pero más lento, que camina a la velocidad del vapor?" --Éric Henriet. Prólogo a Le guide de l’uchronie

Me pregunto, en defensa del género, si las historias alternativas no serán útiles en el sentido de proporcionarnos puntos de vista que nos hagan conocer mejor el acontecimiento histórico objeto de la ucronía.

¿Y si...? Todos sabemos cómo habría cambiado la Historia si Cartago se hubiera impuesto a Roma, si Carlos Martel no hubiera detenido en su día a los moros en Poitiers, o si los elementos hubieran acabado con igual facilidad con el viaje de Colón a América y no como lo hicieron con la Armada Invencible.

La Historia es el vasto campo de juego de la ucronía, pero no es lo mismo vagabundear por la Historia que interrogarse sobre ella..

Agustín Jaureguízar es ingeniero y periodista, aunque ha desarrollado su vida profesional en los campos inmobiliario y de las finanzas. Actualmente es presidente de una empresa familiar de análisis financiero.

Ha obtenido entre otros varios premios Ignotus al mejor artículo y el primer premio de la Asociación Española de Ciencia Ficción a toda una vida, el premio Gabriel. Posee la colección más completa que existe de libros, revistas y fanzines en español y la acreditación de todas las HispaCon celebradas.

Con su nombre o el seudónimo de Augusto Uribe fue el primer colaborador de Nueva Dimensión, como ahora es colaborador regular de Delirio. Ha escrito en The New York Science Fiction Rewiev, Isaac Asimov's, Arbor, la revista del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y otras publicaciones. Mantuvo en BEM y BEMonline una columna sobre ucronías: todas las que aquí se recogen están revisadas y actualizadas.