Cruzando la Puerta Mágica

"No importa lo humilde que sea tu estantería, ni lo modesta que sea la habitación que adorna. Cierra la puerta, acalla todas las cuestiones del mundo exterior, sumérgete de nuevo en la tranquilizadora compañía de los muertos insignes, y entonces atravesarás el portal mágico de aquellos dominios donde la preocupación y aflicción no podrán seguirte nunca más. Has dejado a tus espaldas todo lo que es vulgar y sórdido. Allí esperan alineados tus compañeros silenciosos y nobles."

Tras una interesante introducción a modo de entrevista de Bram Stoker a Arthur Conan Doyle, este nos invita a traspasar la Puerta Mágica de su biblioteca. Conan Doyle repasa algunas de sus estanterías y algunos de sus libros y autores favoritos. Walter Scott, Robert Louis Stevenson, Boswell, Gibbon, Samuel Johnson, son sólo algunos de los escritores admirados por el creador de Sherlock Holmes. Doyle nos habla de las guerras napoleónicas, boxeo, libros de viajes, ciencia, poesía, ensayo, pero sobre todo de historia, su gran pasión. Personalmente, el capítulo que más me ha gustado ha sido el sexto, en el que el autor habla sobre los mejores relatos, y lo difícil que es crear un buen cuento. Poe, Stevenson, Maupassant, Kipling, Bulwer-Lytton, Bierce son algunos de los escritores mencionados.

'Cruzando la puerta mágica' (Through the Magic Door, 1907), de Sir Arthur Conan Doyle es un estupendo libro en el que se nota el amor de su autor por la literatura. Hay partes que, según el lector, gustan más que otras, pero Conan Doyle sin duda sabe transmitir pasión por lo que cuenta, y además lo narra muy bien.

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Cruzando la Puerta Mágica es un ensayo firmado por el padre de Sherlock Holmes del que se vale para''charlar'' sobre sus influencias literarias y sobretodo para compartir su inmenso amor por los libros.

Nótese que digo ''charlar'', puesto que como bien dice la sipnosis, Doyle recurre al estilo conversacional para sumergirnos de lleno en su estudio y mostrarnos con auténtica ternura algunos de los volúmenes que como buen bibliófilo atesora en sus estanterías.

El libro constituye una estupenda oportunidad para conocer de una forma más íntima al genio que tan buenos momentos nos ha dado, así como para conocer sus opiniones sobre otros autores como Sir Walter Scott Thomas, Stevenson, Poe, e incluso el propio Charles Darwin.

En definitiva, se trata de una de esas rarezas que incomprensiblemente no había visto una traducción a nuestro idioma y que bien merece una ojeada y que es, sin duda, una parada obligatoria para los aficionados al escritor escocés.

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