La Cicatriz

Gracias a ti, victorderqui. Tus reseñas también me encantan. Llevaba tiempo sin leer a Brian Lumley, y la verdad es que está siendo todo un re-descubrimiento. ¡Saludos!

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Eso quería decir, querido Oscar. No te voto, porque no se cómo se hace, pero me encantan tus reseñas ( he leído en LTF la de Horror en Oakdene, y me has lanzado a la búsqueda enloquecida del librito de marras, jajaja). Un abrazo y gracias, en publico, por tus reseñas constantes.

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China Miéville parece que se está convirtiendo en lo que ya se anunciaba desde hace años, en uno de los escritores de ciencia ficción y fantasía new weird más deslumbrantes que se pueden leer actualmente. Tras la publicación de sus últimas novelas, con premios y nominaciones a los principales premios del género incluidos, empecé a pensar de nuevo en sus primeras obras, así que me puse a leer alguna que otra reseña por los medios, y me di cuenta de que no le había hecho justicia a 'La Cicatriz' y por extensión a 'El Consejo de Hierro'. Y es que no hay nada como que el entusiasmo de otros lectores te contagie.

Cuando uno habla sobre China Miéville, los calificativos suelen ser los mismos: imaginación desbordante, plagada de múltiples detalles; seres y criaturas de pesadilla, en una arquitectura orgánica y unos paisajes alucinantes (la sombra de Lovecraft es alargada); características todas ellas que te hacen sumergirte en un mundo impactante y poderoso. Con 'La Cicatriz', China Miéville nos sumerge de nuevo en el mundo de Bas-Lag, y pertenece a lo que se ha dado en llamar la Serie de Nueva Crobuzon, formada por 'La estación de la Calle Perdido', 'La Cicatriz' y 'El Consejo de Hierro', que pueden ser leídas de manera independiente. Las influencias de Miéville abarcan desde Kafka y Mervyn Peake, hasta Lautremont y Jack Vance, algo que queda bastante patente en su obra.

En 'La Cicatriz', Miéville se aleja de los escenarios de Nueva Crobuzon para mostrarnos otras partes de Bas-Lag. Bellis Gelvino, huyendo de esta gran metrópoli, se embarca camino de la colonia Nova Esperium, haciéndose pasar por lingüista. Este barco, que lleva una carga de presos, rehechos la mayoría de ellos, va en misión diplomática hacia el mundo sumergido de las jaibas, de ahí el papel de Bellis. Pero, por supuesto, las dificultades no se harán esperar. Conoceremos la extraordinaria ciudad de Armada y sus particulares gobernantes, los Amantes, el Brucolaco, el misterioso Uther Doul y su arma invencible; la taumaturgia, esa mezcla de misticismo, magia y tecnología; las jaibas, los anophelii u hombres-mosquito, el legendario avanc%u2026 todo ello encaminado hacia la llamada Cicatriz, plagada de posibilidades.

La prosa recargada, barroca, gótica, poética de Miéville te deja en la mente imágenes impactantes. China Miéville es puro sentido de la maravilla.

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Una ciudad flotante, a la deriva sobre el mar, construida a partir de pecios anexionados por un ejercito pirata; Océanos de Pus; Hombres-costra convertidos en gladiadores marinos; Islas de maquinaria oxidada nacidas de una pesadilla steampunk y junglas habitadas por las Reinas-anofeles; Grietas dimensionales en medio del mar; el funeral de un hombre cacto a bordo de un zepelín; la Espada de cerámica inspirada en la Tecnología de la Posibilidad del trágico Uther Dole; Bibliotecas enigmáticas sobre el mar; piratas, vampiros, barcos de cera derretida, espías, fuerzas navales taumatúrgicas procedentes de Nueva Crobuzón, Revolución, Leviathanes y Elementales de la Electricidad .... Con perdón, un puto compendio de Maravillas, una inspirada colección de asombro y aventuras, una de las Obras Maestras de la Fantasía del Siglo XXI. Un joyón. Larga vida a Uther Dole !!!

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Ah, se me olvidaba. Sobre el orden de lectura, esta novela se puede leer independientemente, pero creo que si se puede elegir es mejor leer primero "La estación...", más que nada por algunos detallitos.

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Si te gustó la Estación de la Calle Perdido, yo no lo dudaría e iría a por este libro.

No sabría decir cual me gustó más, es como lo de "a quien quieres más a papá o a mamá". Porque por un lado el exceso y el barroquismo de "La estación..." me gustaron mucho. En cambio, la Cicatriz es más dinámica, más de aventuras, y está más equilibrada.

Creo que China Mieville con este libro me ha pasado a sus admiradores definitivamente, pues no sólo escribe muy bien, sino que además es muy versátil.