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VAMPIROS de Curtis Garland es una compilación de novelas de Juan Gallardo Muñoz, escritas y publicadas originalmente bajo el pseudónimo de Curtis Garland en las colecciones SELECCIÓN TERROR y LA CONQUISTA DEL ESPACIO de Bruguera, entre 1971 y 1983. Se trata de siete historias sobre las cuales sobrevuela la sombra de Bram Stoker y su novela Dracula (1897): no se trata tan sólo de relatos de vampiros, sino de un auténtico canto apasionado a la obra de Stoker, que Curtis cita, continúa, transforma, retuerce, o adapta a un improbable futuro lejano o a un pasado nuestro que nunca existió, a lo largo de estas emocionantes novelas de terror y fantasía.
Lógicamente, por aquí desfila el mismísimo Conde Drácula, pero también los "personajes reales en que Stoker se basó" para su creación, y hasta dos versiones que entroncan con la ciencia ficción y la fantasía espacial y futurista
Vampiro 2000
"No sabemos gran cosa de lo que sucedió arriba, en Mercurio —señaló mecánicamente al cielo neblinoso de la capital moscovita—. Tal vez siempre sea un enigma, pero algo hay de cierto en todo esto: dentro de la Unión Soviética, los agentes del coronel Volnov han recibido el castigo a su comportamiento para con nosotros, cuando raptaron a Clarke en Suiza. Ahora, un monstruo, un vampiro de nueva especie, anda suelto por su país. Y posiblemente esas seis muertes por succión total de su sangre no sean las únicas que registre la Unión Soviética.."
Publicada originalmente en mayo de 1971 como número 42 de la por entonces recién iniciada colección de bolsilibros La Conquista del Espacio (LCDE en adelante) de Bruguera, que se inició exactamente un año antes, Vampiro 2000 es, casi con total certeza -salvo que futuros escrutinios demuestren lo contrario-, la primera historia de vampiros que escribió Curtis Garland, y la sexta novela que publicó en LCDE. Y no deja de ser curioso que, un autor que por entonces ya era un veterano de la cifi gracias a sus muchas andanzas y aportaciones en Espacio: El Mundo Futuro (como Johnny Garland), y al que hoy se recuerda sobre todo por sus novelas de terror victoriano, recurriera al mito del vampiro en una colección consagrada a la ciencia ficción popular. Ya simplemente por la cita que entresacamos del texto, nos damos cuenta de que estamos ante uno de esos relatos que pertenecen al "Futuro Que No Fue", una suerte de ucronía (desde nuestra perspectiva del año 2022) en la que, en el año 2000, la URSS todavía existe, y el mundo se ha movido a una velocidad muy distinta: no hay teléfonos móviles, ni Internet, ni ninguna de esas tecnologías que ahora "nos facilitan la vida" (aunque esto es cuestión de opiniones). Si a eso le sumamos la evidentísima influencia de historias cinematográficas como el primerísimo Quatermass (1955) cinematrográfico de la productora británica Hammer Films, podremos hacernos una idea de qué terreno -fangoso, inseguro, desagradable- estamos pisando en esta novelita.
Es una forma extraña, excéntrica, de abrir un volumen dedicado al vampirismo en la obra de Juan Gallardo Muñoz... pero es Historia de la Literatura Popular, tal y como sucedió. Imprescindible, si nos lo preguntan. Y la portada original de Jorge Samper nos parece una obra maestra, no sólo por la ejecución, sino por sus múltiples significantes y significados.
¡La Unión Soviética y los Vampiros del Espacio! ¿Qué más puede usted pedir a estas alturas de la vida? ¡Demonios!
Mujeres Vampiro
"Y solamente aquel que sepa dominar y controlar a los hombres-vampiro, o las mujeres-vampiro, que tanto importa el sexo de los muertos-sin-descanso, será capaz de llegar a convertirse en amo de la vida y de la muerte..."
Mujeres vampiro vio la luz en abril de 1973, en el número 6 de Selección Terror (en adelante, ST), y es la primera aproximación gótica de Garland a la figura del vampiro. Posiblemente inspirada por las películas de la productora británica Hammer Films (algo sobre lo que nuestro querido Curtis volvería una y otra vez, tal y como demostramos en nuestro volumen Hammer Horror, publicado en 2019 y todavía a la venta), esta fue la segunda colaboración del autor en la por entonces recién estrenada colección ST. Lectores ocasionales, coleccionistas y críticos especializados en bolsilibros consideran que Mujeres vampiro es una de las mejores novelas del autor, y es una de las pocas que ha tenido reedición en tiempos más recientes. La acción tiene lugar en 1899, en algún lugar de la campiña inglesa, sobre el cual pesa una maldición arrastrada desde mucho tiempo atrás: la de la familia Todten y "los seres enterrados en Dorian Manor...". Cementerios envueltos en la niebla, personajes misteriosos, sombras siniestras, ajos y cruces, y por supuesto, vampiresas, desfilan por esta magnífica historia firmada por el Maestro del Terror español.
Los dientes del murciélago
"Su fecha de edición es 1897. Dos años hace de ello, repito. Y se vende cada vez más. Toda Inglaterra lee a Stoker. Su relato ha causado sensación. Dice que se ha basado en historias populares de Transilvania, que estuvo aquí y siguió el rastro auténtico de alguien, un noble que provocó ese mito del vampiro…"
Curtis vuelve al ataque vampírico con esta novelita publicada en ST nº57 (abril de 1974): Los dientes del murciélago es, formalmente, un pastiche draculiano con todas las de la ley, en el que Garland sigue bastante de cerca la novela original de Stoker en muchos aspectos, pues comienza con el viaje a Transilvania de Gordon Rose, un apuesto y mujeriego inglés, y prosigue con su regreso a Londres... junto con el mal de los vampiros que, al parecer, le persiguen. Es en esta obra donde atisbamos por primera vez la figura de un potencial Occult Doctor curtisiano, el señor Lionel Strange, que se desenvuelve francamente bien con el mazo, la estaca y el resto de adminículos prescritos en su día por el doctor Van Helsing... hasta el punto de que consagra su vida a combatir los misterios sobrenaturales. Un clásico éste, dentro de la producción de Juan Gallardo en la primera mitad de la década de 1970, que deja un estupendo sabor de boca, a pesar de los ajos...
La maldición del vampiro plateado
"Aquella figura siniestra, como materializada desde el mundo mismo de las sombras, se irguió despacio, fija su mirada en la fornida figura del contramaestre, en su espalda ancha, en su cuello… Sobre todo en su cuello saludable, fuerte, de hinchadas venas…Los ojos se abrieron más. En su ataúd de plata, Drácula volvía a la existencia de su terrible condición. A su garganta, volvía la eterna sed de sangre de los No-Muertos. El vampiro resurgía de su tumba de plata".
Aquí, el Señor Editor (servidor de ustedes), no puede evitar el pasarse a la primerísima persona. Y esto es porque La maldición del vampiro plateado (ST nº113, abril de 1975) me parece la mejor novela de vampiros que Juan Gallardo escribiera a lo largo de su vida. No sólo es un pastiche del Conde Drácula, protagonista de la historia, sino que también es una perfecta novela de aventuras coloniales en la India a finales del siglo XIX, donde se combina la presencia de los oficiales del Ejército Británico, los aristocráticos burgueses invasores, la presencia de los broncíneos estranguladores adoradores de la diosa Kali... y, por supuesto, la reaparición del Rey de los Vampiros ¡en Bombay! Resulta bastante evidente que Garland se inspiró en los anuncios y reportajes sobre la película de la Hammer Kali, Bride of Dracula, un filme que curiosamente nunca se llegó a realizar, y que prometía ser un disparate al estilo de la clásica -y en mi opinión, demasiado minusvalorada- Kung Fu contra los Siete Vampiros de Oro (1974). En verdad, Curtis Garland sale realmente victorioso con La maldición del vampiro de plata.
Vampyr
"El vampiro, eminentemente, era para el profesor Gyor motivo de inquietud. Los consideraba verdaderos mutantes. Una especie fuera de lo común, por razón hereditaria. Y sólo por contagio si existía el contacto físico, que no había de ser, necesariamente, de dos incisivos succionando sangre humana…".
Vampyr apareció en LCDE nº142 (abril de 1973) y, sí, es una novela de ciencia ficción. Para hablar de esta extrañísima (y declarada) versión futurista del Drácula de Stoker, es preferible que le cedamos la palabra al autor, y extraigamos un fragmento del prólogo:
"Drácula, en el fondo, es un gran mito. El mito del terror, de lo sobrenatural, de lo que imaginamos más allá de la muerte y del sepulcro. Drácula, por naturaleza, inevitablemente, provoca miedo o inquietud, escalofrío o antipatía.
Sin embargo, imaginemos una pirueta literaria, un artificio, una pirotecnia imaginativa que altere las cosas, rompiendo un poco las «reglas del juego», para crear otras, tan válidas como las anteriores, si es que el lector las acepta o el autor sabe exponerlas.
Imaginemos, entonces, que el Vampiro…
Pero no. Es mejor seguir leyendo. Lo que imaginamos, está aquí, en la historia.
En una historia sobre un personaje nuevo y sorprendente, extraño e inquietante llamado… Vampyr.
Y, por favor, acepten mis «reglas del juego».
Gracias, lector".
La succión de las mujeres-vampiro
"Hay poco tiempo para narrar nada. Sepa solamente una cosa: hay vampiros en este tren.".
DIVERSIÓN, con mayúsculas, es lo que ofrece este pastiche draculiano de Curtis. Con la cita que extraemos del texto, queda bastante claro que estamos ante "Vampiros en el tren"... pero no. La historia, en realidad, gira en torno a una troupe cinematográfica, un multimillonario transilvano afincado en California y, ¡por supuesto!, el advenimiento del Conde Drácula en la década de 1970. La succión de las mujeres vampiro (ST nº295, octubre de 1978) es la "otra cara de la moneda" de los filmes decimonónicos de la Hammer: aquí, lo que priva es la modernidad, las modelos y actrices ligeras de ropa, el suspense hitchcockiano (si Alfred Hitchcock hubiera tratado el tema de los vampiros), y las orgías de sangre barata. Un disfrute de cabo a rabo, radicalmente distinto de Mujeres vampiro del mismo autor, y que nosotros revisitamos periódicamente. Una gozada no tan ingenua como pudiera parecer a simple vista...
Cuando tiemblan los cipreses
"Una vez, en el pasado, Earl van Dyke le había dicho dónde hallar a un ser demoniaco en cuya existencia real nadie creía. Ese ser era un vampiro. El Vampiro por antonomasia. El Maestro. El barón Vrolok. Y lo había hallado, siguiendo las instrucciones visionarias de su amigo y colaborador".
En la más tardía novela de nuestra compilación (apareció en ST nº515, enero de 1983), Curtis prescinde de las referencias cinematográficas y vuelve a reinventar a Drácula con el Barón Vrolok, "el vampiro en que se basó Stoker". Ya no estamos en la Inglaterra victoriana y en los USA de los hippies setenteros, sino en el New York de los años 30... y por supuesto, la amenaza del Vampiro Definitivo se cierne sobre la ciudad. A las novelas más tardías de Garland se las suele clasificar como "de segunda clase", pero con Cuando tiemblan los cipreses, Juan Gallardo demostró que no sólo seguía en plena forma, sino que era capaz de dar una vuelta de tuerca a un tema sobre el cual, como hemos visto, regresaba periódicamente. Por supuesto, este es el resultado del amor y la admiración que nuestro autor profesaba por la obra de Stoker, por sus adaptaciones cinematográficas, y por la siempre escalofriante, inolvidable, recurrente figura de Drácula, Rey de los Vampiros