Stardust

Es una historia sobre el paso a la madurez del protagonista y búsqueda del amor verdadero que le hace vivir unas grandes aventuras llenas de fantasía. No es de lo mejor de Gaiman, aunque es muy corta y se lee en 2 días.


 

Neil Gaiman es un escritor que ha conseguido un poderoso renombre tanto en el mundo del cómic (Sandman, Miracleman) como en el ámbito de la narrativa más convencional (Coraline, El libro del Cementerio, American Gods)l. Desde luego no es para menos, pues posiblemente estemos ante uno de los autores mas imaginativos y con un mejor hacer del momento. De ello, Stardust es un ejemplo perfecto.

A simple vista podría decirse que Stardust es una historia clásica de hadas que reúne más elementos propios del cuento que de la novela propiamente dicha. Stardust es una historia sobre el paso de la adolescencia a la madurez, sobre el abandono del hogar y que sobre todo trata la búsqueda del amor verdadero, todo ello ambientado con esa mezcla de fantasía y realidad que tanto le gusta al autor.
Es cierto que si nos centramos exclusivamente en la temática no parece que se trate de algo excepcionalmente original, principalmente porque las cuestiones que aborda constituyen temas universales que han sido tratados ya en múltiples novelas y en otros tantos medios. Sin embargo, esto no es óbice para que Gaiman nos cuente una historia tremendamente entretenida, cargada de humor y de buenos personajes.

Pero para mí, donde Stardust destaca sobremanera es en su forma. Gaiman dota a la novela de un ritmo endiablado, dedicando más tiempo a las tramas que más lo merecen y acotando aquellas que aun necesarias, no tienen tanta trascendencia para el conjunto. Lo mejor de todo es que a pesar de la rapidez con que se desarrollan algunas escenas no hay sensación de precipitación o dejadez, más bien al contrario, pues contribuyen a rellenar los huecos de la narración sin caer en torpes altibajos.

Stardust es un buen ejemplo de forma sobre cómo debe escribirse una novela corta, en la que es necesario contar determinadas cosas sin dedicarlas mucho tiempo. Pero es que además la historia que nos cuenta es absurdamente entretenida, llevando al lector a devorarla en apenas un par de ratos.

Es cierto que, como dicen más abajo, no estamos ante el mejor Gaiman, pero es que hay que tener en cuenta que el señor Gaiman es muy bueno en lo que hace. Quienes esperen aquí las complejas tramas de Sandman o los oscuros conceptos de American Gods están en el lugar equivocado, pero quienes busquen una novela sencilla y sin complicaciones, pero con mucho corazón, no saldrán decepcionados.






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La polémica libro/película no debería existir en este caso.

En primer lugar (y sobre todo) por las diferencias argumentales notables entre ambas, que no voy a desvelar.

En segundo por el tono: la película es una trepidante historia de aventuras con un magnífico ritmo, mientras que la novela es un agradable cuento fantasioso al más puro estilo C. S. Lewis (uno de los escritores favoritos de Gaiman), pero afortunadamente sin la moralina de éste.

Un muy buen Gaiman, pero no el mejor.

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Ya, pero yo me referia a este libro, no he leido el otro, y te aseguro que la película es mejor.

 

A mi me gustó más el libro.
La pelicula me pareció una soberana tonteria. Eso si, cuando hablo de libro me refiero a la novela gráfica de Planeta de Agostini. Esa es la que merece verdaderamente la pena. Nunca se tendría que haber editado este libro sin las ilustraciones. Le dan otra dimensión al conjunto de la historia.

 

Esto es uno de los pocos casos en los que el libro es peor que la película. es mejor la película por el final (la batalla) y porque deja más espacio para la imaginación.