La Subasta del Lote 49

¡Una locura!¡Una tomadura de pelo! Estas, y otras, son las expresiones que se te pasan por la cabeza mientras lees esta delirante novela de Pynchon. Mientras vas leyéndola, no puedes dar crédito a lo que te está contando ni a los personajes que ta va presentando. Pero, como si de un sumidero se tratase, o de un maelström, no puedes evitar quedar atrapado en su brillante e inteligente historia.

De inicio los nombres son curiosos, Edipa, su marido Wendel "Mucho" Maas, el doctor Hilarius, la empresa Yoyodine, Gengis Cohen, el abogado Metzger... Pero vayamos al principio de todo, cuando Edipa Maas recibe una carta en la que se le notifica su nombramiento como albacea de la herencia del difunto Pierce Inverarity, un ricachón con el que estuvo liada hace un tiempo. Ni corta ni perezosa, Edipa se irá camino de San Narciso para encontrarse con el consejero Metzger, coadjutor junto a ella del testamento de Inverarity. Tras el encuentro en un bar con un tipo llamado Mike Falopio, miembro de la Sociedad Peter el Grasiento, Edipa descubrirá en los servicios un curioso mensaje junto a un no menos curioso dibujo. Y como si de una bola de nieve que baja por la ladera de una montaña se tratase que se va haciendo más y más grande, todo se le irá complicando a la buena de Edipa, que, por cierto, está bajo un tratamiento de pastillas recomendado por su psiquiatra, el doctor Hilarius. El viaje hilarante de Edipa no ha hecho más que comenzar, y en él se encontrará con todo tipo de historias, donde la casualidad no existe, porque éstas parecen venir a su encuentro por sí solas. Por esto mismo, Edipa entrará en una suerte de estado paranoico, donde parece que todos quieren jugársela.

La inteligencia y erudición de Pynchon es obvia. Es capaz de crear una película de aventuras y submarinos, una obra de teatro jacobita, un máquina capaz de modificar la física termodinámica jugando con la entropía, una conspiración secreta contra el correo convencional, etcétera, etcétera, y todo ello en menos de doscientas páginas. Algunas escenas son un delirio absoluto, pero hay que tener en cuenta que la novela se escribió en los años 60, cuando la psicodelia estaba de moda. No quiero pensar lo que es capaz (lo que ya ha hecho) en más de mil páginas.

'La subasta del lote 49' es mi primer acercamiento al mundo de Thomas Pynchon, y he quedado fascinado.