Ignota

Si, mis queridos lectores, otra antología que cae en mis manos. En esta ocasión en una de esas que te anima a imaginarte como debe ser el trabajo del coordinador de una colección tan "variopinta" como ésta, que mezcla autores nacionales como internacionales, que une el terror con la ciencia ficción o la comedia y lo aúna en el termino "terror contemporáneo".
Desconozco cuales han sido los requisitos a la hora de elegir a los autores y sus relatos, el porqué del "tú si", "tú no". Y es que cuando una antología tiene una temática no definida, como es el caso, nos arriesgamos a, por decirlo de alguna manera, comprarnos la casa de nuestros sueños y encontrarnos un agujero negro en el retrete o una sala de torturas en la cocina.

Hasta yo mismo me he replanteado que pudiera ser culpa mía, que no estuviera pasando por un buen momento y que cualquier elemento exterior me pusiera en alerta o me hiciera sacar las uñas. Y es que IGNOTA me ha resultado, salvo varias excepciones, un recopilatorio de altibajos bastante poco convencional. Choca mucho leer relatos muy buenos encuadernados con otros "del montón" de esos de "lo tenía escrito por ahí, así que aprovecho y lo publico" e incluso algún relato como ya veremos, insultántemente malo.

Todo esto termina creando el conocido efecto del cesto de manzanas, el cual, sabes que si encuentras una manzana podrida entre una docena, hay que separarla inmediatamente para que no perjudique a las demás. En esta antología se traduce en que el lector, tras llevarse un palo considerable en las costillas, recibe el siguiente, por muy bueno que sea, a regañadientes y con temor, afectando a su criterio y no viendo lo bueno que podría ser ese relato porque aun tiene ese resquemor causado por una mujer que debería haber metido la cabeza en el horno para buscar una inspiración que no la llevara a escribir sobre mechas y chorros de esperma.

Admito que el primer relato Sueños de Armario de Lisa Tuttle me pilló desprevenido. La historia del rapto de la protagonista, aunque interesante, terminaba resultando algo aburrida y no terminaba de dar buena imagen sobre las expectativas de lo que nos íbamos a encontrar mas adelante. Pero hay que reconocer que el tramo final y la conclusión del relato causa al lector una sensación de nudo en el estomago de lo mas (des)agradable.

El segundo relato, Calalini (Que no Caliani, un saludo desde aquí) de Francisco Miguel Espinosa se parece mas a un mal viaje con las drogas que a un relato de terror. Homenajeando al mismísimo Lewis Carroll, a su Alicia y a los que muchos imaginamos debería haber sido su verdadera historia, el autor nos introduce en el mundo en ruinas que es la mente de January a través de imágenes desquiciantes e imprevisibles. Un texto tan divertido como aterrador.

Ya estaba acostumbrado al terror surrealista de Fernando Cámara tras leer su fantástico Necroparis. En La Visita lo vuelve a hacer, y no se corta a la hora de ofrecernos una historia a medio camino entre el humor clásico de teatro y el terror psicológico, desembocando en un final extraño y desconcertante al cual, yo al menos, no le cogí el punto.

Lo siguiente es... bueno... en Fin. Una vergüenza. No llego a entender como una autora que ha publicado una novela de renombre como es LAS LUMINOSAS (Aquí editada por RBA nada menos) sea capaz de parir semejante aberración o tomadura de pelo para el lector, más si hacemos caso de nuevo a ese "...selección para descubrir la mejor muestra de literatura de terror contemporánea..." que reza la contra cubierta del libro. Unathi VS. Las Bolas de Pelo (ojito ya al título) es un relato-diarrea mental, que mezcla PACIFIC RIM, EL REGRESO DE LOS TOMATES ASESINOS, AUSTIN POWERS y el anime japones. Todo ello acompañado por un sentido del humor que solo haría reír a un niño de 4 años o a un adulto con problemas mentales y padres cosidos a puñaladas por el mismo, y que, lejos de aportar algo a la colección mas bien diría que se ríe de ella y de los autores que de verdad se han esforzado en contar una historia. 22 paginas para prenderles fuego que no hacen sino afear el conjunto.

Menos mas que Yago Pena retoma el espíritu que no debería haber perdido la colección con El Billete. Con fuertes connotaciones de películas como THE CREEP, MIMIC o EL TREN DE LA CARNE DE MEDIANOCHE, se nos presenta uno de los textos mas repulsivos y asquerosos de la antología. Un autor a tener en cuenta en el futuro.

Angel Luis Sucasas recurre con Polybius el mundo de los mitos y las leyendas urbanas. En este caso, el de aquella maquina recreativa maldita del mismo nombre que atormentaba y arrastraba a la locura a quienes se atrevían a jugar con ella. Un relato inquietante, con una primera parte muy macabra y que, para mi gusto personal, debería haber marcado su punto final antes del capitulo Final Boss.

Don´t Fear The Ripper de Pedro de Paz es un relato triste, existencialista sobre la pérdida de un ser querido cuyo único punto de originalidad radica en entrelazar la narración con la letra del clásico de Blue Öyster Cult que da titulo a la historia. Una Historia que hará que cualquier emo se empalme de placer... pero poco más.

Menos mal que nuestro querido Víctor Blázquez esta aquí para arreglar el desaguisado, y lo vuelve a hacer, aunque con ciertas Reservas. Modelo Inferno retoma por segunda vez el tema de las leyendas urbanas. En este caso la de la música maldita y los mensajes ocultos en ella. Un relato curioso y divertido que igual mejoraría de haberse alargado ciertas escenas en concreto. Por eso de acrecentar el morbo que, en cierto modo, ha hecho que la introducción nos llene de expectativas.

David Mateo nos trae Dentro de La Casita, una revisión del clásico de Hansel y Gretel con una bruja un tanto peculiar. Uno de los mejores relatos de la colección.

La Isla de las Focas de Samantha Lee deja ese regustillo a crítica social tan de moda últimamente. Un relato cruel como él solo y muy muy triste, que más que en el terror se apoya en la fantasía y el drama.

Isabel Camblor nos trae en Eternidad Interrumpida un texto que choca bastante. Por un lado el desarrollo, el escenario son muy originales. Una historia de Fantasmas condenados a vivir la eternidad en un bar llama mucho, Pero a medida que avanzamos la misma trama se va volviendo cada vez mas absurda hasta crear un sinsentido que mejor no destripo.

La antología finaliza con Ian Watson y su relato La Biblia de Sangre. Un buen final para un recorrido lleno de baches. Quizás algo enrevesado y con tantas vueltas que uno acaba mareado, pero con una trama que podría quedar bien para escribir al menos una novela corta.

En conclusión, IGNOTA, quitando algunas excepciones me ha defraudado mucho y me supone un segundo batacazo con la editorial Palabras de Agua (El primero fue CALLES DE CHATARRA). Y es que, repetimos, en un género como es el terror, tan lleno de antologías y recopilatorios de cuentos y relatos cortos hay que darle mas importancia a la calidad: Cualidad que algunos otorgan demasiado a la ligera.

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