Cuentos desde el Otro Lado

Lo primero que quería reseñar es la confusión a la hora de etiquetar esta antología. Los editores quieren hacerla pasar por New Weird, pero en realidad sólo he reconocido tres relatos new weird: el de Tamara Romero, el de Luis Manuel Ruíz y el de Ángel Luis Sucasas. El resto lo encuadraría dentro de la fantasía urbana y oscura, la ciencia ficción, el tipo de relato Twilight Zone y Dimensión desconocida, y el terror, a veces sobrenatural y otras grotesco. Lo curioso es que Concepción Perea, encargada de la selección, lo comenta en su prólogo: "[...] algunos [...] no tienen cabida en el new weird. [...] yo diría que estamos ante una excelente colección de relatos de fantasía urbana".

Dejando esta cuestión a un lado, la recopilación me ha parecido irregular, aunque la recomendaría, porque hay relatos realmente muy buenos, y otros buenos. También he de añadir que esta antología la adquirí únicamente por el nombre de Tamara Romero, para mí una escritora excelente, y de la que intento leer todo lo que lleve su nombre. Esto a su vez me ha llevado a descubrir otros buenos escritores, de los que buscaré más cosas.

Antes que el cine, de María Zaragoza. El protagonista se levanta una madrugada y empieza a recordar a su ex novia Manuela, una chica algo inquietante, que le obliga a dejarla. Esto le traerá esa noche algo más que remordimientos. (***)

La ballena varada de Kabelvåg, de Tamara Romero. Una ballena muerta está varada en la playa, descomponiéndose, a la espera de un especialista que la haga desaparecer mediante una explosión controlada. A todo esto, hay una competición entre grafiteros, Robusto y Aquiles, que deben hacer su obra maestra para ser juzgada por un Comité. La trama transcurre con más sugerencias que explicaciones, algo que me gusta de la autora, y con un final estupendo. (****)

El bazar de los deseos, de Nerea Riesco. Avelina Borrego, más conocida por Lina, vive y trabaja en un circo. Un buen día llega un extraño personaje ofreciéndole la herencia de su madrina, que consiste en una pulsera que concede tres deseos. Un Twilight Zone en toda regla, y muy disfrutable. (***)

El fabricante de unicornios, de Aranzazu Serrano. Un día de lluvia, Marion acaba por accidente en una extraña tienda, Koreander Unicornios, regentado por una misterioso anciano, que la dejará curiosear pero no tocar. Toda la tienda gira en torno a la figura de este animal mitológico, y Marion se encapricha de una figurita de origami, perteneciente a la película Blade Runner. A partir de cierta decisión, todo serán problemas. (****)

El reparador de almas, de Juan Cuadra. La protagonista ha sido abandonada por su marido, hundiéndola en un crisis profunda, que la llevará al borde del suicidio. Sin embargo, una amiga de la familia le proporcionará un contacto con el llamado Reparador de almas, que mediante ciertos rituales podría mostrarle a su próxima alma gemela. Otro Twilight Zone estupendo. (****)

Ellos, de Luis Manuel Ruíz. Un hombre empieza a narrar a la persona que tiene a su lado en la barra de un bar una extraña historia, relacionada con su no poder para comprender a los maniquíes, que según él intentan siempre atentar con los seres humanos como venganza. La manera de narrar este relato lo hace especial, así como lo que cuenta. Muy bueno. (*****)

Manual para deshacerse de extrañas criaturas, de David B. Gil. Clara es una niña de siete años que, según ella, sufre todas las noches el ataque nocturno de un monstruo en su ventana. Su madre no encuentra la solución al problema, así que es su hermana mayor quien entre en contacto con una chica de su clase de la cual se comenta ya ha resuelto problemas similares. No está mal. (**)

%u0415%u0444%u0440%u0435%u043C%u043E%u0432-%u0421%u0442%u0440%u0443%u0433%u0430%u0446%u043A%u0438%u0439, de Marc Pastor. Yuri Guradenko práctica la medicina ilegalmente. Esto, que podría ser un problema si le pillasen, le hace entrar en contacto con la corporación Yefrémov-Strugatski (que me parece es la traducción del título). Esta empresa le propondrá algo increíble: un viaje al pasado para curar la herida de un cliente que en estos momentos está tetrapléjico. Por supuesto, hay una normas para viajar en el tiempo, que se han de cumplir a rajatabla. Un relato genial. Me parece que es el mejor de la antología. (*****)

La segunda muerte del padre, de Cristina Jurado. La protagonista, tras la muerte de su padre, con el que mantenía una relación algo distante, empieza a tener unas visiones o alucinaciones o realidades muy extrañas e inquietantes. Relato terrorífico pero demasiado grotesco para mi gusto. (**)

Los mansos, de Susana Vallejo. Un joven portugués rememora los meses que pasó con Núria, española, cuando esta estuvo de Erasmus en Oporto. Ella hace fotografías y él pinta durante sus paseos por esta antigua ciudad, llena de mendigos, y de extrañas efigies pintadas en puertas. Un cuento de atmósfera melancólica. (***)

Menos 1890, de Juan Ramón Biedma. En un Gijón alternativo, a finales del siglo XIX, el padre de Antón, solicita la ayuda de Gaspar, amigo de aquél, que lleva un día desaparecido. Ambos han cumplido quince años, número que se encontrará constantemente en su odisea por la ciudad. Relato extraño, de intriga y suspense. (**)

Nada que objetar, de Guillem López. El relato transcurre el último día de la guerra, en un mundo como fuera del tiempo, distópico. Los soldados, hombres, mujeres y niños, están recogiendo ya sus pertenencias, a la espera del toque de sirena que anuncie el final de la contienda. Pero en ese momento llega un nuevo capitán que ordena atacar inminentemente. Intentan hacerle cambiar de idea, pero es imposible. La lucha contra el enemigo en su trinchera es cada vez más cercana. Me ha gustado, aunque deja cosas en el aire. (***)

Susurros en la máquina, de Jordi Noguera. Martin se suicida, y ante la culpa de su amigo Isaac, decide entrar en Entropy, un juego virtual dentro de la red profunda, donde cree que empezaron todos los problemas. (**)

Casandra 38, de Concepción Perea. La violencia machista está llegando a límites insostenibles, por lo que se crea el proyecto Apolo y Daphne. Este consiste en dejar a la víctima en su propia casa, bajo el control de una IA que controla todos sus movimientos. Pero lo que parece una buena solución no es lo tanto. Este relato no ha acabado de convencerme. (**)

El libro pequeñito, de Sofía Rhei. Celia es una niña que visita una tienda, y se encuentra con una extraña muñeca de porcelana dentro de una máquina, que por unas monedas escribe un cuento en un librito, que el cliente puede llevarse. Celia es una niña especial, que puede hablar con su muñeca, con la que compartirá el cuento del librito, tras el que se encuentra un misterio. Un buen relato de terror, aunque no lo parezca al principio. (****)

La piñata, de Jimina Sabadú. Daniela es una adolescente un tanto caprichosa que va a celebrar su fiesta de cumpleaños con unos pocos amigos y amigas. Qué puedo decir, no me ha gustado nada. No sé que intentaba la autora con la idea de la piñata humana, si molestar o provocar, pero por mi parte me ha provocado un rechazo total, algo normal, por otra parte, pero es que no está ni bien planteado. (*)

El retratista, de Ángel Luis Sucasas. El retratista acude con sus instrumentos de trabajo a una cita con una mujer. Su trabajo consiste en plasmar sus anhelos y deseos, que en este caso tienen que ver con su padre. Muy buen relato, sugerente. (****)