Ronin - cómic

A día de hoy, y aún teniendo en cuenta los altibajos y polémicas que han rodeado sus últimas creaciones, es innegable que Frank Miller es una leyenda viviente del cómic. Ronin es buena muestra de ello.

En Ronin, Miller saca a relucir todo su genio para contarnos una absorbente historia que mezcla con habilidad la mitología samurái y un futuro distópico con ambientación ciberpunk. Entiendo que a priori suene a locura trasnochada del autor, pero en el momento en que decidamos darle una oportunidad descubriremos que en realidad se trata de un alarde de auténtico talento.
En Ronin podemos apreciar ya el interés de Miller por contar pequeñas historias que cruzan y enriquecen la principal, técnica que desarrollaría plenamente en El Regreso del Caballero Oscuro o en Sin City.

Frank Miller reconoció que su principal influencia para escribir Ronin fue El Lobo Solitario y su Cachorro, de Kazuo Koike y Goseki Kojima. Sin embargo, existen muchas otras influencias, desde los diseños de imaginación neo - futurista de Moebius hasta obras que comenzaban su andadura a comienzos de los ochenta, como Akira.

El guión de Ronin es fluido y de construcción firme, sin grandilocuencias o desfases que interfieran en la lectura. En cuanto al dibujo, Miller se encuentra aquí en uno de sus mejores momentos y dota a la obra de unas composiciones de página impresionantes, que adereza con escenas de acción mesuradas pero de auténtica belleza, captando en cada una de ellas el espíritu de lucha samurái, o del Ronin, más bien. Destacar el color de Lynn Varley, esposa del autor por aquel entonces, ya que realza con acierto el tono de la obra.

En definitiva, un cómic imprescindible, que gustará a los amantes del japón feudal y de la ciencia ficción por igual y que ayudará a enteder a los aficionados al cómic la trayectoria de este genio del noveno arte.