Marte Rojo

Para mi gusto que tengo poco tiempo para leer se me ha hecho muy pesado ,no està mal pero tantas descripciones cientificas y geografía marciana buff%u2026.yo soy mas de aventuras .

 

Pues yo si me compré los tres tomos de golpe.......:)
Vista la densidad de palabras por centímetro cuadrado de página de esta serie (basta ojearlo para ver que la poca frecuencia de diálogos, maciza las hojas de palabras hasta un aprovechamiento máximo del papel...) decidí guardarme la lectura de la serie completa para las vacaciones de este año.
Pese a que he disfrutado de más días que otros años, no he podido terminar la serie completa. En el momento de escribir esta opinión, voy por la mitad de "Marte Azul". Es una obra densa y extensa.
Al principio me costó meterme en la historia o dicho más familiarmente "cogerle el royo a autor y a lo que quería contar". Sobre todo en Marte Rojo. No obstante, una vez que le pillé el punto, la verdad es que la serie tiene momentos muy especiales, y estoy disfrutando mucho con ella.
No es ciencia ficción...es política, psicología, economía, medio ambiente, flora, fauna, arquitectura, geología, astronomía, biología, medicina, etc....precisamente la ambición del planteamiento es lo que le da tintes de realidad a la historia....
No se si algún día la humanidad colonizará Marte, pero si es así, será como lo cuenta Kim.

 

Leyendo el libro, parece que la colonización de Marte fue un echo real, y solo se relata un echo histórico, lo mejor del libro es que es creíble y describe lo que podría ser en un futuro no muy lejano una colonización como esta.

 

Si alguna vez te has preguntado como sería la colonización de Marte, este es tu libro. Increible, maravilloso, no deja cabo suelto: geología, biología, medicina, política, psicología,... lo que Kim Stanley Robinson pueda explicar, lo explicará.
Tube miedo de leerlo al principio por críticas negativas que leí aquí mismo, las cuales decían que era un libro demasiado espeso y tedioso, en mi opinión nada más lejos de la realidad, lo devoré en mis ratos libres en poco tiempo.
Si te gusta Marte y te gusta la ciencia ficción de la buena, este libro es un must have.

 

Lo mejor que se puede decir de esta novela es que es una aproximación totalmente realista a la colonización de Marte, con todo lo que eso conlleva: nada de vaqueros del espacio, naves ruidosas ni sables láser. Leerla ha sido como estar de verdad en Marte. Cuando los personajes se iban al polo norte marciano a buscar agua -por ejemplo- me daba la impresión de estar allí realmente, en esos paisajes tan extraños. O en el viaje en zeppelin de Arkady y Nadia.

A mí me ha encantado y emocionado, pero, eso sí, tener en cuenta que es un libro muy denso con cantidad de información técnica y científica (porque los que van son científicos, claro).

Así todo, es lo más parecido a estar en Marte de verdad, y eso es una gozada a poco que te gusten esas cosas.

 

Decía Heinlein (quien a pesar de su ponzoñosa ideología no deja de ser un buen escritor) que existen dos tipos de novelas de ciencia ficción: las del poeta (Bradbury) y las del ingeniero (Clarke). Asimov añadía (o lo añado yo, ya que los comentarios originales no estaban relaccionados) que todo lo que sea una novela de vaqueros con naves espaciales en vez de caballos no es ciencia ficción (ni la del ingeniero, ni la del poeta), sino pulp.

"Marte Rojo" es sin lugar a dudas ciencia ficción de ingeniero -- pero no solamente, sino como base. Es también la ciencia ficción del psicólogo, del economista, del estratega, del politólogo, del historiador, del arquitecto... Incluso la del artista y la del teólogo a veces. Es la ciencia ficción del filósofo en su sentido mas puro: el que ama el conocimiento.

No les falta razón a quienes acusan esta novela de profundizar hasta niveles insospechados en el detalle técnica y científicamente correcto. Tampoco les falta cuando dicen (o mas bien cuando quieren decir) que es una novela difícil, de lectura pausada y que exige al lector. Sin duda no es una novela para el mínimo común denominador, y no trilla en las fórmulas habituales de éxito.

Es, para empezar, una novela coral en la forma pero no en el fondo: no se limita a mostrarnos la vida de parte de los cien científicos que conforman la expedición original, sino que nos muestra también su mente y su forma de pensar. Y la maestría con que lo hace Robinson nos lleva a entender os odios y afectos que atan a los personajes, no solamente en un plano intelectual sino a nivel emocional --- la visión que tengamos de un actor de la historia cambiará radicalmente cuando veamos su punto de vista.

Es una novela arriesgada en lo social y en lo político también, porque juega con ideas de pragmatismo aplicado a un idealismo irredento. En el mundo neoliberal que vivimos, donde todos los partidos tradicionales se han rendido ya a la inevitabilidad del mercado capitalista como motor de la sociedad, Robinson busca inspiración en el modelo de las cooperativas de Mondragó (cooperativas que, marginalmente, están a un paso de convertirse en la mayor corporación cooperativa del mundo... ¿Para cuándo se rebautizarán como PRAXIS?), reclamando literalmente las ideas originales de las revoluciones socialistas europeas ("No podemos tirar al niño del socialismo con las aguas sucias del estalinismo") y proponiendo aproximaciones racionales, racionalistas y a veces maquiavélicas ("El mayor bien para el mayor número") a su consecución. A mi saber, es en esta novela donde por primera vez se propone la idea de una economía baseada en la ecología (que no en el ecologismo), que computa beneficios y pérdidas en función del impacto que la industria tiene en el desarrollo futuro de la ecología del planeta -- un planeta, recordemos en terraformación permanente).

Y hablando de la terraformación! Leo en comentarios arriba que Robinson nos presenta una terraformación de jugete, fácil, casi trivial. Seguramente, el comentarista no haya reparado en que en las tres novelas se sugieren no uno, sino dos intentos de terraformación bien diferenciados (el segundo como respuesta a los fallos del primero) y en que se apunta a varias formas diferentes de entender la misma. Para llevar Marte a un estado habitable se proponen algas mutadas, aerogeneradores radiantes diseminados por millones desde dirigibles, pozos tectónicos que radien el calor del manto a la atmósfera, explosiones nucleares, el derretimiento del hielo de los polos mediante polvo de carbono o espejos orbitales -- por nombrar solo unos cuantos de los artefactos necesarios para llevar la empresa a buen fin. Se propone --- a mi saber, por primera vez en la historia --- una economía basada en el impacto ecológico de la industria, donde el nivel de dióxido de carbono y calorías liberadas a la atmósfera tienen un impacto positivo en el precio del producto. Pienso que es realmente injusto decir que Robinson se toma la terraformación a la ligera; sin duda, el lector se ha dejado despistar por el hecho de que los protagonistas de la novela vean esta terraformación suceder a lo largo de sus vidas, olvidando el hecho de que estas han sido prolongadas mediante ingeniería genética y bioquímica, y que aún así la naciente ecología de marte que vislumbramos al final de un siglo es aún espartana.

Sí es cierto que la novela peca de una visión bastante anglosajona del mundo y de las culturas que en él habitan -- esto es algo que no se puede negar, pero que se puede compensar por el lector con una visión crítica del libro en este aspecto. Conviene decir que, al menos, en el nivel en el que mas afectaría esta limitación del autor -- esto es, al mostrarnos la mente de los diferentes personajes y conseguir que empaticemos con ellos, incluso cuando son antagónicos al personaje que se nos ha presentado anteriormente -- no influye demasiado, ya que la mayoría de éstos son efectivamente de origen anglosajón.

Y hablando de los personajes, no quiero acabar este comentario sin antes dejar memoria del personaje de Arkadi -- efectivamente el "ruso loco" que comentaba otro lector, pero por motivos totalmente opuestos --, a quien vemos no solo poseedor de esa brillante, contagiosa vitalidad y certidumbre que los auténticos líderes poseen, sino también de una cierta inocencia e ingenuidad que también es común a estos. De este personaje quisiera destacar -- no solamente para los nuevos lectores, sino también para los que ya hayan leído este libro -- sus fascinates teorías arquitectónicas que reconfiguran el espacio de los edificios en función del uso, intentando sembrar una visión colectiva de los espacios que sin duda tiene sus raíces en la vía educativa del anarquismo. O su concepción de los edificios como obras de arte en las que vivir, que deben de reflejar la personalidad y los gustos de la gente que los habita, de forma que se convierten en únicos y en propios, forjando así el sentimiento de pertenencia (un cierto protonacionalismo, irónico proveniendo de un anarquista) y la implicación de los habitantes en el futuro del planeta.

Podría seguir durante horas, pero creo que este comentario ya es excesivamente largo y que desvela suficiente -- aunque, créanme, ni siquiera una ínfima parte de lo que esta novela tiene que ofrecer. He dejado deliberadamente de lado comentar sobre los procesos de elaboración de una constitución para un mundo, fascinantes de por sí (y planteados por Robinson como el largo, insatisfactorio y difícil proceso de compromisos, cesiones, consensos y descontentos que siempre estos acuerdos son -- en contraposición abierta con la simplona visión Heinleniana presentada en "La Luna es una Cruel Amante", por ejemplo, donde parece que manipular a las masas de borregos es solamente cuestión de tener a unos cuantos anarcocapitalistas a mano). He dejado de lado también el hablar sobre los propios conflictos sociales marcianos, los juegos de control entre diferentes facciones, las estrategias de guerra orbital, de política trans-solar o de cómo se nos apunta a la debacle de la ecología y las economías terrestres, o de cómo se deja abierto el futuro de la sociedad marciana, en absoluto utópico y ya mostrando ciertos aspectos de deterioro al final de la trilogía.

Quisiera resumir esta larga diatriba en un párrafo breve, y lo intentaré: Marte Rojo es una novela sobre Marte, pero talvez sobre la sociedad marciana aún antes que Marte. Es una novela sobre la construcción de un mundo nuevo, en el sentido ecológico, económico, social y cultural -- y sobre un mundo antiguo, en el sentido geológico, astronómico e histórico. Es una novela exigente, que obligará al lector a buscar información adiccional para complementar la ya abrumadora cantidad de datos que presenta. Es ante todo una novela de ideas, como toda la buena ciencia-ficción, que presenta visiones nuevas y recupera conceptos antiguos (y que parecen cada vez más olvidados) y los explora sin prejuícios.

No es una novela fácil, eso es cierto. Pero el esfuerzo merece la pena -- aunque, claro está, hay que estar dispuesto a hacerlo. Quien busque una historia fácil (o compleja, pero una historia) deberá de buscar en otro sitio, porque Marte Rojo raya en cierto costumbrismo científico-social que es precisamente lo que la hace fascinante y magnífca. Sin duda una buena parte de los lectores -- los que buscan los vaqueros en naves espaciales -- no la apreciarán... pero en sinceridad debo decir que el nivel habitual de las novelas de ciencia-ficción es tan pobre (y el hecho de que se vendan indica que hay un público que las demanda o al menos las consume) que no me sorprende que así sea. Robinson escribe a otro nivel, para el lector que pide algo más, y lo consigue, llegando a las alturas olímpicas de Bradbury, Sturgeon, Stapledon, LeGuin, Clarke o Heinlein.

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Me gusta que los novelistas traten al lector con respeto.

Respeto por su capacidad intelectual, respeto por su deseo de maravillarse no sólo por una historia bien contada, si no tambien por su deseo de aprender nuevas cosas en cada página. En el caso de Marte Rojo he aprendido (y sentido muchisima curiosidad) sobre geología, economía, politica internacional, psicología, historía, antropología...etc.

Esta novela me ha forzado a buscar conceptos e ideas en la Wikipedia sobre ciencias totalmente desconocidas para mi. Esto es muy valioso, ya que la novela va mas alla de la simple lectura para pasar el rato.

Por eso me gusta la ciencia ficción. Ademas de divertirme, me educa. Siembra en mi el gusanillo de la curiosidad científica.

He leido la "Triologia de Marte" dos veces, y espero poder leerla otras cinco o diez mas. Definitivamente es un libro de referencia en la ciencia ficción.

De la misma manera que nadie en su sano juicio se leería de un tirón el Quijote o los siete libros de "En busca del tiempo perdido", la "Trilogía de Marte" debeis saborearla despacio y sin prisas. Requiere su tiempo y mucha capacidad de concentración. Son muchos personajes y todos piensan de manera distinta. Cada uno con su paranoia y su habilidades sociales o científicas delimitadas.
Hiroko, John, Maya, Sax, Nadie, Frank ya forman parte de mis recuerdos. He vivido y llorado con ellos a lo largo de varios años.

Si las criticas negativas te han quitado las ganas de leer esta maravillosa novela, deberias plantearte realmente que razones te llevaron a aficionarte a la ciencia ficción. No eran sólo las historias sobre robots o imperios galácticos. Para eso ya tenemos a Hollywood.

Yo me aficione además para poder visualizar los avances cientificos y sociales que nos podría deparar el futuro. Y de eso la "Trilogía de Marte" va sobrado. Son novelas con una increible atención por el detalle.

Ya lo dijo Arthur C. Clarke: "Lectura obligada para los colonos del próximo siglo".

Date la oportunidad de pasar varios años colonizando y terraformando Marte, no te arrepentirás.

 

A un amigo que sufría de un imsomnio persistente y rayano en lo incurable le prescribieron, en lugar de Valium, leer Marte Rojo, y si con eso no lo lograba continuar con dosis del Verde y Azul. La imposibilidad de conseguir esta literatura soporífera fabricada por el laboratorio Minotauro, obligó a mi amigo a consultar a expertos. Uno de ellos, apiadándose de su condición calamitosa le fabricó la prescripción en forma casera. ¿De que manera? Sencillo: una parte de Planeta Rojo y Total Recall, dos partes de una enciclopedia de Ciencia y Técnica, una parte de un libro de ciencias políticas y una parte del juego Age of Empires.
Buenas noches.

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¡Que poca imaginación! ¿Es que nadie vió al menos Planeta Rojo o Total reecall.
Los premios y ediciones del grupo Planeta ya sabemos lo que son....
esta novela que se torna soporífera de a saltos, este cansador amasijo está compuesto por:
Una parte de Planeta Rojo y Total Recall, una parte de una enciclopedia de ciencia y tecnología, un libro de Ciencias políticas y un toque del juego Age of Empires. ¡Bahh!

 

Impresionante libro e impresionante trilogía. Impresiona por la cantidad y calidad de especulaciones hard bien trenzadas y argumentadas, casi a modo de tratado. Impresiona por la profundidad que en ciertos pasajes consigue darle a los personajes, que deriva en un estudio minucioso de las relaciones e interacciones sociales que tienen lugar en ese microcosmos en expansión que es marte y su avezados colonos. Hasta aquí lo positivo.
El lado negativo, que a pesar de lo anterior, el libro resulta un auténtico plomazo, un tostón infumable, capaz de poner a prueba al lector más paciente.
Y todo porque el autor no ha querido ahorrarse dos de los tres volúmenes, con lo que quizás así hubiera agilizado la historia. Pero no, K.S. Robinson en su empeño de demostrarnos cuán bien documentado se encontraba cuando escribió la "biblia" de marte, nos "salpica" la lectura, sin bicarbonato ni nada, con un "aderezo" de más de cuatrocientas páginas ( contabilizadas a lo largo de toda la saga), compuesto de las más variadas explicaciones científicas, que van desde prolijas explicaciones científicas, hasta detallados protocolos de actuación, desarrollo promenorizado de proyectos de ingeniería geológica, bioquímica, etc...
En definitiva y según mi humilde opinión, si te gusta la literatura de especulación científica, radicalmente "hard", llevado este concepto hasta el último extremo, sin respiro o concesión alguna al lector, aquí tienes tu libro, un auténtico compendio de datos e hipótesis científicas de lo más variopinto. Si por el contrario buscas una novela con una historia interesante, entretenida, bien trenzada, agil y con ritmo, huye de este libro y de sus dos continuaciones como si de la parca se tratara.

 

Yo soy aficionada a la ciencia ficción y me hacía ilusion leer la trilogía de Marte, con tanta fama que tiene de ser tan buena. Buena no niego que sea, esta muy bien documentada y es interesante, pero no he podido acabar ni con el primero. Menos mal que no me compré los tres de golpe. Es un libro demasiado lento y pesado. Me da rabia porque llevaba ya tres cuartos de libro y queria acabarlo al menos, pero es que llevo con él 2 meses y medio (cuando leo unos 3 o 4 libros al mes) y no hay manera.

No se, en ese aspecto me ha decepcionado. Espero acabarmelo de leer un día, no me gusta dejar libros a mitad, pero de momento quiero leer otros libros mas faciles de digerir.

 

GRAN HERMANO LVII

Algún día espero, me lo terminaré de leer, ¿o no?.
Parece más un tratado para estudiantes de doctorado de psicología ( hasta la página 230 que es en la que lo he dejado momentáneamente), del comportamiento de unos científicos tarados al que hay que darles unos buenos meneos ( poniendo en duda quizá quién debe ir a este planeta desde un principio), y que el más cuerdo es una trabajadora insaciable y un ruso loco.
Mantiene estereotipos muy anglosajones ( nosotros tenemos nuestros problemillas, pero anda que los otros...), de cómo son las demás nacionalidades, incluso la propia, dándole más importancia a las relaciones tortuosas entre los distintos grupos que pueblan la colonia primigenia, que a la historia del propio asentamiento en ese enclave por poner un ejemplo.
Al final, tras veinte años de empaparse de vastedad marciana, consigues aburrirme soberanamente, y eso que soy de los que cuando se empiezan un libro lo termina. Me pregunto dónde está el punto en que uno tiene que dejar de lado un libro porque no disfruta con él...
El comienzo es bastante atractivo, de esos que te dejan con el intringulis, de amores, desamores, odios viscerales, control total por parte del gran jefe de la manada... Pero claro, olvidémonos de esto y vamos a como comenzó todo: los preparativos, la selección de personas, las pruebas "in parecidus situ" ( já), todo muy bien, muy documentado, entretenido a veces, pero tostónico otras. Y allá por donde quiera que vayas, más de lo mismo. ¿Es que este tío no se ríe nunca?


Y, ahora que lo pienso, ¿que hago con Marte Verde y Marte Azul?
Pues nada hombre....., ya tendrán su oportunidad un siglo de estos, pero, primero, me leeré otro libro del planeta rojo a ver si me saco la espina, y además de un autor español: ¡chúpate esa! ( Ya lo estoy disfrutando...) ceroda@gmail.com

 

Un libro Magnifico, así, con mayusculas. Ciencia ficción de la buena. Unos personajes elaborados en una historia muy interesante contada de manera casi hiper realista, si no fuera porque habla de otro planeta :)
Tanto el argumento como los detalles científicos están muy cuidados.
Se nota el trabajo de elaboración y de documentación llevado a cabo por el autor.
Y lo mejor de todo es que al acabar, puede uno seguir con "Marte Verde" y "Marte Azul" que no desmerecen a este y que forman una trilogía imprescindible.

 

Lo mejor de este libro es que una eventual terraformación de Marte parece cosa fácil, cuestión de ir y ya. Y Marte no es descrito como un desierto estéril recorrido por monstruosas tormentas de arena, sino como el asiento de una utopía multicultural. Vamos, como si fuera tan fácil...

 

Tan documentado, verosímil y exhaustivo como aburrido.