El Monstruo de Metal

de Abraham Merritt

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Escrita como continuación de la más famosa novela de Abraham Merritt (nos referimos a The Moon Pool), El Monstruo de Metal (cuyos hechos ocurren apenas un año después de terminada la epopeya de El estanque de la Luna) es la aventura de uno de los principales personajes de aquella, el profesor Goodwin, quien, perdido en el Himalaya en compañía de otros aventureros, descubre oculta en sus cumbres la ciudad donde vive el Emperador del Metal y su horda, un pueblo ignorado por la raza humana cuyos habitantes son seres metálicos dotados de vida; no son robots, son entidades vivientes cuya sustancia es el metal. Tan anómalos seres no pueden ser comprensibles para los humanos y sus actividades, raras, extrañas, totalmente ajenas a la humanidad, pasan ante la vista de nuestros héroes como fantasmas a los que no pueden entender. Merritt dijo que ésta era una de las obras que reunía algunas de sus mejores páginas, pero también, ¡ay!, algunas de las peores. Discrepamos. El Monstruo de Metal (que como otras obras de Merritt padeció un proceso de reescritura continua a lo largo de los años) es una de esas novelas que impresionan por lo «diferentes» que son sus personajes, las situaciones que plantea y su trama general. Denostada a veces por ser una sucesión de aventuras casi sin sentido por parte de la crítica más exigente (lo que no quiere decir que sea la crítica más entendida), el éxito de público que ha tenido desde el momento en que apareció en las páginas de Argosy, sus numerosas reimpresiones en libros y revistas, nos pueden dar una pálida idea de su alta calidad. De esta novela, Pierre Versins, en su Enciclopedia, dice: «Es una de las raras obras basadas en el tema de la materia animada. Se trata de una civilización subterránea poblada por seres metálicos que no son robots, sino formas geométricas que se unen y se desunen según leyes misteriosas. En resumen, todo un reino mineral desconocido que se alimenta de energía solar, que reza, ama y lucha.»

Abraham Merritt nació el 20 de enero de 1884 en Beverly, Nueva Jersey. Su familia había llegado a América en 1621 y le dio al Nuevo Continente algunos de sus grandes hombres, especialmente al escritor John Fenimore Cooper. La familia del escritor era cuáquera, y Merritt, a la edad de cinco o seis años, ya conocía la Biblia a fondo. Estudió en la Universidad de Pennsylvania. En 1902, a la edad de dieciocho años, se lanzó al periodismo y se convirtió en reportero especializado en asesinatos, misterios y brujería. En 1911 fue testigo de un crimen político, un testigo tan peligroso que le recomendaron que abandonara el país. Partió hacia México y luego viajó a América Central, donde vivió con las tribus indias y descubrió la ciudad maya perdida de Tuluum. En 1913 volvió a Estados Unidos y continuó con su carrera como periodista. En 1937 accedió al puesto de redactor jefe del American Weekly. Murió de una crisis cardíaca el 21 de agosto de 1943.