Consecuencias

Sabía perfectamente lo que tenía entre manos cuando me dispuse a leer esta secuela de El Retorno del Jedi: Un nuevo Canon, un intento de prepararnos para los cambios en la continuidad que llegarían con El Despertar de la Fuerza... y una novela que no se iba a caracterizar por su calidad literaria, ni por su impacto en el género fantástico. Sólo apta para adictos a Star Wars.

Y era consciente también de las críticas incendiarias que Estados Unidos aparecieron poco antes de la salida del libro. La mayoría bastante fundamentadas teniendo en cuenta la prosa facilona y telegráfica de Wendig, el tono coloquial bastante indigesto y el estilo esquemático que imprime a personajes y situaciones, más incluso que el del guión cinematográfico más austero.

La buena noticia es que el libro es muy entretenido, de esos que se devora casi de una sentada sin mayores traumas. La mala es que nada viena a portar a la mitología de Star Wars.

Si algo conviene destacar son son sus breves interludios en diferentes rincones de la galaxia, que sí que nos describen un escenario cercano al del epílogo del Episodio VI y que abren caminos más jugosos para levantar un relato más satisfactorio que el que realmente se aborda en la mayoría de sus páginas. Un doloroso recordatorio de lo que este libro pudo a llegar a ser.

En su lugar, tenemos una historia construida sobre un sinfín de clichés en la que un grupo de rebeldes, algunos por vocación, otros a la fuerza, se ven impelidos a sabotear una reunión secreta entre algunos peces gordos del Imperio, poco después de su derrota en Endor, y diversos jefes criminales. Algo así como el principio de la construcción de la Primera Orden que aparece en El Despertar de la Fuerza. Aunque echándole imaginación al asunto, claro.

Pero nada de todo esto importa si pasamos por alto un dato crucial: la pésima edición en castellano con la que nos ha castigado Planeta-Timun Mas.

Uno pensaba que estaba preparado para cualquier cosa después del timo al que nos somete la "ilustre" editorial con su actual y carísima edición en español de los estupendos cómics de Jason Aaron, Kieron Gillen y compañía (ausencia de las portadas variantes, traducción dudosa repleta de tacos, relleno promocional con avances de otros tebeos, que nada o poco interesan, para engordar el precio de portada, etc.). Pero esto no es de recibo: tropecientas mil faltas de ortografía en una traducción apresurada para un libro que llegó a las tiendas con bastante retraso respecto a la edición original. Y, de postre, una encudernación indigna del precio.

En resumen, para evitar disgustos, es mejor comprar de oferta el ebook en inglés.